viernes, 13 de agosto de 2010

Ponencia de Periodista Panameño en Reunión Internacional de Periodistas y Medios en México



Exclusivo para Blog Eduardo Galindo Producciones
Ponencia del Periodista Panameño Didier Hernán Gil.
Reunión Internacional "Protección de los Medios y sus comunicadores en el ejercicio  del Periodismo realizada en Culiacán, Sinaloa, México.
Nota: Se esta realizando esta plenaria en México.

…La ponencia de Panamá surge en la participación de la Reunión Internacional "Protección de los Medios y sus comunicadores en el ejercicio  del Periodismo, realizada en Culiacán, Sinaloa, México. Esto es organizado por la Cámara Nacional  de la Industria de Radio y Televisión  y su Consejo Consultivo. Participan Periodistas de Chile, Colombia, Panamá, Nicaragua y México….

“Todavía pueden contrarrestar lo que se viene”. Inicio con esta frase, pues la heredé de la profesora Guillermina Baena Paz,  de la UNAM, cuando le compartí la realidad de mi Panamá,  refiriéndome al tema de inseguridad en mi país, al que debo mencionar que ha alcanzado mucho desarrollo en infraestructura, hay solvencia económica con lo del Canal de Panamá, pero todavía hay cosas en las que hay que trabajar. Por ejemplo en una mejor distribución de las riquezas, gozamos de ser llamados país de tránsito, pero a la vez de un tránsitos, enfermos y funestos como lo es cáncer del narcotráfico por ambos litorales.

El tema de la violencia en los medios de comunicación en Panamá es un tópico de mucha preocupación y está en el tapete diario de las agendas periodísticas de los medios locales, pues la ciudadanía no está acostumbrada a percibir muertes tan seguidas, y porque el "modus operandis" en que se encuentran las víctimas cada vez son más grotescas. Hay especialistas que dicen que esta es influencia de mexicanos, pero es la realidad de los panameños. Este año por mencionarles dos ejemplos se han encontrado cuerpos con mensajes dentro de la boca que dicen “bagdag visto, Bagdad muerto”, entre riñas entre pandilleros. Otros son los cuerpos mutilados en cajas de pastel o en cajas de regalos de cumpleaños y dejados en las esquinas de la capital.

 Frente a este panorama, las autoridades simplemente tienen la percepción de que  el hecho de divulgar las diferentes formas de violencia en la tierra del Canal son tipificadas como "alarmistas" o "exageradas" por los medios de comunicación. El acceso a la información no es tan fácil, aunque supuestamente impera un gobierno democrático. Las estadísticas de violencia en Panamá, según la publicación de un diario de la localidad oscilan en 217 muertos durante el primer trimestre del 2010.

Es preciso mencionar que ese recuento se basó en el conteo que ellos llevan por los casos publicados, y por ende, que sus periodistas de crónica roja le dieron cobertura, pues solicitaron esas estadísticas a la Policía Nacional y  la Dirección  de Investigación Judicial  (DIJ), pero al parecer esa petición cayó en saco roto. Vale la pena destacar que esa lista sólo incluyó las víctimas por armas de fuego.

Analizando esas cifras se determinó que siete de cada diez homicidios fueron cometidos por armas de fuego. En ese mismo lapso, pero en el año pasado, se sólo se registraron 180 homicidios. Mirando un poco hacia atrás, encontramos cifras como que en el 2008 ocurrieron en Panamá 806 homicidios, según un reporte del Ministerio de Gobierno y Justicia  (MINGOB), quien atribuyó una cantidad significativa de esos homicidios al tráfico de drogas.

Recientemente el diario para el que laboro (DIA a DIA-EPASA) hizo una publicación sobre que algunas unidades policiales, incluso de alto rango, suplen de armas a la pandillas de la capital y la provincia de Colón, donde a diario se ve la violencia a su máxima expresión. Las irregularidades  en el trámite para portar un arma de fuego en el país salieron a la palestra pública. Obviamente esto generó reacciones entre las autoridades de la Policía Nacional defendiendo a sus unidades, pero simultáneamente a esta acción el ministro de Gobierno y Justicia, José Raúl Mulino,  admitió las irregularidades denunciadas por este medio y se comprometió a ser más enérgico en los trámites para quienes portan y venden armas y municiones en el país.  Esto generó una serie de destituciones en la Policía Nacional, pero no se reveló la cantidad de uniformados a los que se le ha dado de baja. 

Esta es la realidad de los medios en Panamá en el ámbito impreso, donde da la impresión de que los encargados de la seguridad son los que propician más violencia para nuestro país. Tristemente hemos sido testigos de que esa fuerza sí es utilizada en contra de los periodistas que dan coberturas tanto a la crónica roja diaria así como de eventos sociales donde participan altas autoridades. Sé que desde la trinchera del campo televisivo se ha tenido la oportunidad de  viajar y contar las historias en las múltiples rutas del narcotráfico de Panamá como país de tránsito y las secuelas de esta. Y aunque este tema no es nuevo, parece que las autoridades se hacen de la vista gorda, pues hay reportes,  de que como en el caso de los pandilleros saben quiénes son y dónde están, pero los malhechores siguen haciendo de las suyas.  

Por otro lado, la debilidad en el sistema de seguridad es más evidente, tanto así que uno de los asesores y miembros del Ministerio de Seguridad han tenido nexos con sicarios locales, que a pesar de estar detenidos, degustaban de almuerzos y reuniones en hoteles de la localidad. De eso hay fotos, cuando esto se divulgó este año a los días murió uno de los abogados que defendía los derechos de los privados de libertad. Todavía de ese caso, todo está inconcluso. Aunado a eso no se descartan los nexos que puede haber entre capos que operan en Mexico, donde incluso hasta familiares del presidente de la República y miembros de la alianza partidistas que gobiernan han caído en casos vinculados al blaqueo de capitales o el crimen organizado. Brevemente por citarlos son… “Ramón Martinelli Corro,  primo del presidente de la República, Ricardo Martinelli Berrocal, además de su primo, quien está vinculado con César Fábrega Samaniego, detenidos en México acusados de lavar dinero de uno de los carteles de narcotraficantes más sanguinarios de la nación azteca.

De acuerdo a un informe de PGR de México, la detención de Martinelli Corro se dio el 20 de noviembre del 1009 en un hotel de la capital azteca. En la misma redada fueron detenidos los panameños César Enrique Fábrega Sarmiento, otro de los primos del mandatario panameño, Jorge Luis Álvarez Cummings y Ninoska Yariela Escalante Paredes. Todos miembros del ahora oficialista Partido Cambio Democrático (PCD). Se informó que en conjunto les fueron incautados $409,740 en efectivo. Después de la detención preventiva un juez federal mexicano ordenó auto de formal prisión y todos fueron remitidos a una cárcel de máxima seguridad en el estado de Jalisco, con excepción de Ninoska Yariela que se encuentra en un reclusorio Federal del estado de Coahuila. Fuentes judiciales dijeron que la PGR de México adelantaba una operación secreta contra una red de traficantes de dinero que era transportado a Panamá, donde lo lavaban y legitimaban para introducirlo al sistema financiero de Estados Unidos, Europa y Japón”.

Debo confesar que en el diario para que laboro es de corte comunitario, de muchas notas humanas, nada de política, poca notas de economía, por lo tanto estamos enfocados a otra corriente del periodismo como lo son  los diarios ligeros, pero de igual formas nos seguimos capacitando, pues las innovaciones no paran.Otra realidad de los medios impresos locales, donde a cada rato se vende la idea de que tiene una gran investigación, pero resulta que fue un informe suministrado por equis personas y simplemente se limitan a transcribirlo, darle una buena redacción y buscar un par de reacciones sobre el hecho en cuestión.
Pasamos de ser periodistas a transcriptores de noticias o informes que llegaron a manos de ciertos reporteros. Tristemente en mi país, los periodistas se han preocupados más por el figurar, al extremo en alcanzar niveles de popularidad y ser reconocidos como los destapadores de escándalos, más que generar ideas para hacerle frente a los atentados contra la libertad de prensa que se nos viene registrando. Por todo lo anterior creo que es necesario que los periodistas que se dedican a estas labores sean más incisivos en cuanto a sus reportes, donde se perciba que hubo más investigación, que simplemente la filtración de un informe que causará opinión pública entre la ciudadanía.
Por otro lado, esta situación siempre ocurre, ya que Panamá en los últimos decenios ha estado dominado por dos fuertes corrientes políticas, es decir el hoy llamado panameñismo y los PRD o torrijistas, pero cuando  hay cambios de gobierno, entonces unos les sacan o se encargan de sacarles los trapos sucios a los otros, especialmente quienes se han encargado de hacer Relaciones Públicas.  El detalle está en que hasta qué punto la ciudadanía  puede tener credibilidad de estos periodistas que cuando están del otro lado de la barrera, entonces callan muchas de las irregularidades que hacen sus denominados “jefes”.Sí creo que es hora de renovar la imagen del periodismo local y entablar con la ciudadanía una mejor empatía, donde se pueda desarrollar un periodismo cívico, pues no creo que con lo anteriormente expuesto estemos desarrollando un periodismo de investigación puro.
Deseo compartirles, que el mandatario de la nación no surgió de los partidos tradicionales y vendió la idea de un cambio, pero curiosamente en ese cambio se atenta contra la libertad de expresión y digo esto, pues este año hemos tenido casos de periodistas agredidos por parte de unidades policiales y a veces por órdenes que se emiten de altas autoridades.  Además, periodistas que fueron llevados a la cárcel, y se le han iniciado nuevos procesos de investigación por el simple hecho de divulgar casos en contra de la actual  administración gubernamental. A través del sistema “Pele-police”, que es un sistema de verificación de lo que llamaríamos el record policivo, al menos unos 50 periodistas deberían ser detenidos en estos momentos, pues se les sigue un proceso en la Fiscalía Octava por el supuesto delito contra el honor, calumnia e injuria, entre otros.
Recientemente, ocurrió un fuerte enfrentamiento entre indígenas de la provincias de Bocas del Toro, quienes rechazaban la denominada ley chorizo, pues se presentó al pleno de la Asamblea Nacional como cambios a la normativa de aviación comercial, sin embargo, tenía incluido cambios al Código de Trabajo, a las normativas ambientales, prácticamente autorizaba a los policías “con licencia para matar, pues no serían investigados”, supuestamente porque estaban en el cumplimiento del deber. Simultáneamente se  indultó a una lista de policías que eran investigados por disparar y donde las investigaciones indicaban  que hubo abuso de la fuerza o de la autoridad.
Mientras esa manifestación ocurría las televisoras comerciales y la estatal, por órdenes del Presidente de la República, se limitaron a comunicar sobre los enfrentamientos de manera “light”, pero la realidad era otra. En fin, hubo dos muertos, y poblaciones que quedaron  llenos de  tuertos y ciegos, casos que hoy todavía son investigados por los derechos humanos, pues no todos los heridos con perdigones acudieron a asistencia médica, razón por la cual no fueron contabilizados víctimas o heridos.
Adicionalmente, mientras el gobierno trata de mostrarse como bueno a través de obras sociales, hay situaciones como el descontento de los indígenas, los cuales no tienen derecho a protestar por la “ley carcelazo”, que impide protestas en las calles. Pero el descontento es mayor, pues aunque haya causado mucha aceptación el Programa 100 a los 70, que otorga un subsidio a los adultos mayores, que no reciben jubilación y un ajuste al salario mínimo, que no se había hecho en los últimos 50 años. Eso fue aplaudible, pero a los meses siguientes se aprobó el aumento al impuesto sobre la renta bienes e inmuebles del 5 al 7% donde el aumento salarial recibido se iba ahora en impuestos. Esto por darle un pantallazo de lo que ocurre hoy en Panamá, donde actualmente se mantienen suspendidos tres artículos de la ley chorizo, pero en 90 días otorgados para su corrección no han sido mucho los avances,  a pesar de un notable aumento en la participación ciudadana.
Al inicio de semana, el presidente de la República, solicitó entrevistas a los medios televisivos y públicamente dijo que los medios de comunicación del país le tenían una campaña de difamación, por no haber atendido, él y su equipo de gobierno, de manera coherente las decisiones que hubo frente a aquellos disturbios. En un medio le dijo: “Cuidado, el Estado ha invertido en ustedes millones de dólares en publicidad”, indicándoles que sus salarios estaban en juego, mientras que en el otro canal les dijo abiertamente:  “Yo en este canal tengo acciones” cuando era cuestionado por los periodistas. Lo que dejó un sabor de impotencia entre los profesionales de la comunicación. No conforme con esto sentenció que había que revisar las leyes de prensa en Panamá.

Ante estas situaciones he decido buscar apoyo de organizaciones internacionales, como Por un Mundo Sin mordazas, de Venezuela, con los cuales ya me he reunido y estamos gestionando acciones desde el Colegio Nacional de  Periodistas, para hacernos sentir y empezar a pronunciarnos y tomar cartas en el asunto, pues a este ritmo nada prometedor nos espera en Panamá. Pero igual he ido sembrando la inquietud entre otros miembros del Colegio Nacional de Periodistas para estar beligerantes en lo que se nos avecina. Queda en nosotros un reto importante en quienes tomamos esta valiosa misión de informar, donde muchas veces, con este objetivo se llega hasta perder la vida. En pocas horas de compartir con los colegas sinaloenses, les presento mi respeto y admiración por la forma en que se desempeñan en esta labor de informar a toda costa y que surjan de este encuentro buenas iniciativas.