Prensa. CNP-Caracas.
La directiva del Colegio Nacional de Periodistas hace pública su total inconformidad y manifiesta su rechazo por la salida del aire del programa Contrapeso, -conducido por Vladimir Villegas e Idania Chirinos- que se transmitía de lunes a viernes a las 9 de la noche por el Canal I
El Colegio Nacional de Periodistas declara responsablemente al país que tiene suficientes elementos de juicio como para presumir que la salida de Chirinos y de Villegas del programa Contrapeso obedece a presiones políticas ejercidas desde el alto gobierno en contra de los propietarios del canal.
Es un secreto muy mal guardado que la actitud independiente, el respaldo crítico y el apoyo condicionado que, en especial, Vladimir Villegas tenia hacia el gobierno luego de haber ocupado altas responsabilidades en su seno –evidenciado reiteradamente en sus columnas y espacios radioeléctricos- ha causado disgustos en los anillos cercanos a la Presidencia de la República. Estas versiones le han llegado a Villegas de muy buena fuente y son del conocimiento de la directiva del CNP.
El programa Contrapeso, cabe señalarlo, era un espacio que hace rato estaba necesitando la opinión pública: un espacio en el cual se fomentaba el dialogo respetuoso y se confrontaban las tesis políticas que cruzan los dilemas nacionales de manera civilizada.
La actitud hacia la directiva del Canal I, recuerda los episodios más oscuros de la Cuarta República: no distan demasiado de las ejecutorias de Blanca Ibañez en los años 80. Es una actitud que, en castellano, tiene un solo nombre: censura.
El Colegio Nacional de Periodistas le solicita a la presidenta de la empresa, Mari Pili Hernández, que se pronuncie sobre lo ocurrido y ofrezca sus buenos oficios para que el espacio regrese al aire lo más pronto posible.
Al mismo tiempo, el CNP hace un cordial llamado público a los periodistas amigos del gobierno que han hecho causa común con Villegas – Eleazar Díaz Rangel, Earle Herrera, José Vicente Rangel y Desirée Santos Amaral, entre otros- para que, tal y como lo hacían en el pasado, expresen su solidaridad con el colega Villegas y repudien decisiones de este tenor, que tanto lastiman el tejido del gremio y la salud de la democracia.
El Colegio Nacional de Periodistas declara responsablemente al país que tiene suficientes elementos de juicio como para presumir que la salida de Chirinos y de Villegas del programa Contrapeso obedece a presiones políticas ejercidas desde el alto gobierno en contra de los propietarios del canal.
Es un secreto muy mal guardado que la actitud independiente, el respaldo crítico y el apoyo condicionado que, en especial, Vladimir Villegas tenia hacia el gobierno luego de haber ocupado altas responsabilidades en su seno –evidenciado reiteradamente en sus columnas y espacios radioeléctricos- ha causado disgustos en los anillos cercanos a la Presidencia de la República. Estas versiones le han llegado a Villegas de muy buena fuente y son del conocimiento de la directiva del CNP.
El programa Contrapeso, cabe señalarlo, era un espacio que hace rato estaba necesitando la opinión pública: un espacio en el cual se fomentaba el dialogo respetuoso y se confrontaban las tesis políticas que cruzan los dilemas nacionales de manera civilizada.
La actitud hacia la directiva del Canal I, recuerda los episodios más oscuros de la Cuarta República: no distan demasiado de las ejecutorias de Blanca Ibañez en los años 80. Es una actitud que, en castellano, tiene un solo nombre: censura.
El Colegio Nacional de Periodistas le solicita a la presidenta de la empresa, Mari Pili Hernández, que se pronuncie sobre lo ocurrido y ofrezca sus buenos oficios para que el espacio regrese al aire lo más pronto posible.
Al mismo tiempo, el CNP hace un cordial llamado público a los periodistas amigos del gobierno que han hecho causa común con Villegas – Eleazar Díaz Rangel, Earle Herrera, José Vicente Rangel y Desirée Santos Amaral, entre otros- para que, tal y como lo hacían en el pasado, expresen su solidaridad con el colega Villegas y repudien decisiones de este tenor, que tanto lastiman el tejido del gremio y la salud de la democracia.